miércoles, 27 de febrero de 2008

And the oscar goes to... Javier Bardem



Pues sí. Al final Bardem se llevó el oscar al mejor actor de reparto. Un premio merecido. No lo digo por su interpretación en la película, la he visto, pero no puedo opinar que sea la mejor sin haber visto las de los demás actores.

Lo digo por lo que significa. En ochenta ediciones de los Oscars ningún español se había llevado un oscar por su actuación. Dejando a un lado majaderías, como la que escuché la otra noche de boca de un espontaneo que afirmaba que un actor español lo que tiene que ganar son los Goya y lo demás tiene que darle igual. Este galardón al que aspiran los actores desde que empiezan su carrera está dirigido, y muy bien dedicado; "a todos los cómicos de España".

Desde aquí un aplauso al momento de lucidez de los académicos.

Bellissima Italia


Iluminación. Señores... he tenido una revelación. Y nada más y nada menos que en la basílica de San Pedro del Vaticano. Sí, soy un snob para eso de las revelaciones aunque si la hubiese tenido en el wáter lo hubiese dicho igual.

La revelación en cuestión no es otra que darme cuenta que no hay nada como viajar. Ya sé que se dice mucho: "si me tocara la lotería me iría a dar la vuelta al mundo", "viajar es saber" y cosas así. Pero nos cuesta salir de casita, abandonar la aburrida si bien cómoda rutina y organizar una pequeña escapadita de ocho días con tus amiguetes.

Nosotros lo decidimos hace tiempo ya. El día que el Itálico abndonó las tierras de la hispania para volver a Perugia a estudiar y dejar de "estudiar" en Salamanca.

No obstante y a pesar de que estuviera decidido desde antes de verano, la idea no empezó a dar vueltas en nuestras cabezas hasta bien entrado el curso y claro está... tuvimos nuestras bajas. Garías decidió que Polonia tiene muchos atractivos, el primordial que la cerveza está más barata que el agua; pero hay que decir en su favor que ya había ido a Italia una vez. Rodri estaba liado con el máster y los exámenes, chico aplicado. Pero por otra parte tuvimos una incorporación interesante.

Una noche de esparcimiento se me ocurrió decirle a Sergi que si se animaba y unos meses después estaba en el avión sentado a mi lado y al de Charly después de tomarse, cual faquir, un plato de lentejas con cristal y es que la tía de Charly (Loli, no sé si leerás esto pero eres maravillosa) nos dio la última comida española antes del viaje de la pasta y el vino.

De verdad chavales. Este será uno de los viajes que recordaremos para siempre. En nuestra memoria quedarán: la polaca y sus desayunos, el amor de Charly por las calles con arcos, sus conciertos nocturnos, el redoble de batería, las escaleras, las referencias constantes y cariñosas a nuestras progenitoras, el vino, las mujeres, el dove andiamo Guido?, la cena de Pietro, su consiguiente resaca y enamoramiento por parte de Sergi, los olvidos, Mauro... y como no, Guido; que nos soportó durante una semanita que debió parecerle eterna pero que, estoy seguro, le gustó.

Nada más, deciros a Sergi y Charly que gracias por este viaje y esperemos repetir.